En tiempos difíciles, las y los mexicanos solemos decir que los buenos somos más, pero hoy más que nunca estamos lejos de ello.
Con forme se agudiza la cresta de contagios por Covid-19 cada vez más gente decide regresar a las calles, y digo a las calles porque es difícil retomar una vida normal cuando los establecimientos en el centro de la ciudad, las plazas comerciales y hasta las empresas se mantienen cerradas.
Resulta complicado entender como hay gente que, a más de 10 semanas de que se dictó emergencia sanitaria en nuestro país, sigue indiferente ante esta pandemia señalando a las autoridades de “inventar” los hechos, no protegiéndose para prevenir contagios, exponiendo a los niños en la vía pública sin colocarles cubre boca, quejándose por la aglomeración en el transporte público – cuando cada persona tiene el libre albedrio de decidir si sube a una unidad llena o no-, cuando cada vez somos más los que conocemos de alguien que ha dado positivo a este virus.
Aunque ahora son los menos, es grato ver cómo en los mercados ahora son los padres de familia los que, sin acompañantes, salen a hacer las compras para la familia, o aquellas personas de la tercera edad que salen a caminar en la calle de su fraccionamiento para ejercitarse sin exponerse a un contagio y sobre todo personas que ahora muestran el amor a los suyos manteniéndose distante de ellos.
Una de las frases más populares entre los mexicanos, y sin duda entre los poblanos, es que “mientras haya salud, lo demás es lo de menos”, bueno pues, este es el momento de ponerlo en marcha. Mientras haya salud será más sencillo volver a la normalidad. La responsabilidad de no contagiarnos es nuestra.